lunes, 22 de diciembre de 2008

Una foto sin colores, sólo de texturas

"La clave: no intentar conducirte a ti mismo, sino conducir discretamente a aquello que te conduce. Lo atisbas sólo con artes indiscretas."

Jorge Riechmann

La piel de mi cabeza suave, recién afeitada.
Pinceladas negras sobre los ojos, sangre carne los labios
y pelirroja la barba que cubre mis mejillas.

Largo y macilento,
sólo mis vellos colorean mi cuerpo desnudo.
Finas y delicadas,
casi guantes de fémina son mis manos.

Solo, con una bufanda y un poema
bajo el sol de invierno,
sin paraguas entre las lluvias de primavera,
olor a mi tierra húmeda.

Entusiasmado por las ideas desinteresadas:
creatividad sin fronteras ni aranceles, conocimiento libre.

Micción sobre lo que escribieron los antiguos
para que los de ahora no lo podamos cambiar,
¡reescribamos sin complejos nuestra forma de organización!

Miedo de los estados que olvidan al individuo
y los derechos de éste sobre su cuerpo y vida.
Libre asociación, lícita escisión
la de quienes quieran ser ellos mismos.

Laico mi mundo, laicistas mis ideas.
Decepcionante democracia la española
que premia la concentración de votos,
acepta la sangre azul y prohíbe ideas.

Evolución no darwiniana,
matemático de pasión y frustración,
discreta la energía, discreto el espacio-tiempo.

Corazón estigmatizado con la hipocondría
espero que la vida infinita siga desequilibrando a la muerte.
Miedo a la vida frágil, miedo a la muerte siempre.

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