martes, 14 de octubre de 2008

Un charco turbio en Sörnäinen

Hace una semana salí a cenar con unos cuantos matemáticos al barrio de Kallio en Helsinki. Teniendo en cuenta que no todos conocían el sitio, decidimos quedar unos minutos antes en la salida del metro de Sörnäinen. Los primeros en llegar fuimos Lauri y yo, y mientras esperábamos a los demás comenzó a contarme algunas anécdotas del lugar. Al instante, un hombre algo borrachuzo y con aspecto descuidado comenzó a gritar interrumpiendo la historia de Lauiri. El tipo estaba de pie, junto a un charco de agua turbia al que apuntaba con las manos mientras repetía una y otra vez las mismas palabras. Lleno de curiosidad y con la idea de reírme un poco de aquellos actos un tanto excéntricos le pedí a Lauri que me tradujera lo que decía. Para mi sorpresa sus palabras fueron:

"No está turbia el agua de éste mi pequeño charco porque yo quiera ocultar la falta de profundidad, sino porque es el reflejo de mis turbios sentimientos."

Quizás la poesía sólo refleje el sentimiento de los poetas.

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